Consideraciones sobre la práctica del performance
El Siglo XX hizo entrar en escena epistemológica un personaje antes ausente: al público-espectador-observador y participante del evento.
En el S. XXI cualquier enclave arquitectónico, como museos, bares y otros
espacios encontrados, son elegidos como "escenografías en tiempo real” , donde todos los elementos hablan su propio lenguaje, conviertiendo a estas performances en experiencias múltiples, integradoras e interdisciplinarias . Cualquier lugar es suceptible de ser convertido en un espacio escénico.
Partiendo de la imaginación de los actores y músicos reordenamos la información para crear nuevas experiencias, cruces, analogías, correspondencias, relaciones, contrapuntos y oposiciones, en el desarrollo de la investigación.
Esta es una manera diferente de intervenir el espacio.
“Las performances marcan identidades, tuercen y rehacen el tiempo, adornan y remodelan el cuerpo, cuentan historias, permite que la gente juegue con conductas repetidas, que se entrene y ensaye, presente y re-presente esas conductas”(Richard Schechner)
Aceptamos que, cada vez es mas difícil sostener la distinción entre apariencias y hechos, superficies y profundidades, ilusiones y sustancias. Las apariencias son realidades, y las realidades son también las que están detrás de las apariencias. Frontera vertiginosa entre realidades y ficciones, no del todo reales, no del todo ficticias.
El trabajo de analogía con la realidad, convierte a las performances en momentos inolvidables, participando en la transmisión y preservación del conocimiento.
SUSANA RIVERO
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